Perder por goleada es malo. Perder por goleada siendo el Real Madrid, peor. Perder por goleada ante el eterno rival, peor incluso. Y que te suceda en tu propio estadio no se lo deseas ni a tu peor enemigo. Eso es lo que le pasó al Real Madrid ayer contra el FC Barcelona.
No es la derrota más abultada que han encajado los blancos ante el FC Barcelona, pero sí el mayor número de goles (6) que ha recibido del Barça en el Santiago Bernabéu. Para encontrar algo parecido tenemos que remontarnos a los tiempos de Johann Cruyff, en la temporada 1973-74, cuando el Real Madrid perdió por 0-5.
Lo malo es que además el Real Madrid podría haber recibido más goles, ya que fueron incontables las llegadas del FC Barcelona, lideradas por los de siempre: Eto’o, Messi y Henry. Si no hubiera sido por San Casillas, ayer en modo "no-metáis-tantos, hombre", el resultado hubiera sido incluso más doloroso, si es que hay modo de lograrlo.
El Real Madrid acudía al partido con bríos de grandeza, haciendo creer a sus aficionados que iban a ganar el partido y, consecuentemente, la Liga, pero el FC Barcelona dejó claro en casa del eterno rival que ni hablar, que esta Liga no se le escapa, y que tiene la mejor oportunidad de la historia para lograr lo más grande: ganar la Liga, la Champions League y La Copa del Rey. Y para ello tendrá que ganar también al Athletic de Bilbao en la final, precisamente el único equipo que junto a los catalanes ha conseguido anotar 6 goles en el Bernabéu (0-6 en los años 30).
Tampoco podemos condenar al equipo blanco, ya que es el único equipo de la Liga BBVA que ha puesto en apuros al todopoderoso FC Barcelona de este año, que no hay quien le pare. El resto de conjuntos deambulan como mínimo a 20 puntos de estos dos, y el Real Madrid ha pasado un año institucionalmente, de pena. El año que viene comienza la reconstrucción y mucha gente confía en la vuelta de Florentino Pérez para poner orden en la casa blanca.
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