Se inició como un sueño hecho realidad, ilusionó con un comienzo alentador, se perpetuó como un camino tortuoso lleno de dificultades, llegó a su punto máximo de incertidumbre cuando la Selección Argentina era “candidata” a la repesca, pasó por un punto escandaloso en una polémica conferencia de prensa y tuvo un romance veraniego que duró lo hasta que un tanque alemán lo pasó por encima: Todo esto fue el ciclo de Diego Armando Maradona como entrenador. 
Su paso será recordado por todo esto, sumado a su capacidad casi sobrehumana de motivar a sus jugadores, a quienes se dirigía como un “grupo” el desafío personal que se había propuesto ante tantas individualidades. Y fueron justamente esas individualidades que marcaron el juego de Argentina, que pecó de ingenua ante la potencia de Alemania y sufrió un final inesperado y drástico, pero la aceptación de ese eterno jugador que con una camiseta azul y una cinta de capitán desparramó por el césped a tanto inglés, parecían perdonar el error de haber insistido con un esquema que ante México había flaqueado, y su ingenuidad al pensar que la goleada a Inglaterra fue mera casualidad. 
Pero este perdón no llegaría de la Asociación del Futbol Argentino, donde mediante una decisión unánime y sin votación, se decidió por la no continuidad de Maradona, ratificado por su vocero y, luego de unas horas, por el eterno mandamás Julio Humberto Grondona.
Pero la polémica se desató cuando el propio Maradona dio un comunicado ante las cámaras, donde se manifestó no solo contra el presidente de AFA, sino contra su entrenador en los mundiales México 86 e Italia 90, Carlos Salvador Bilardo, con una frase que fue portada de muchos periódicos: “Grondona me mintió, Bilardo me traicionó”
Una novela que por el momento no tiene fin, y que tiene un triángulo involucrando historias oscuras para cada uno, y que por el momento no tiene un desenlace, lo único cierto es que Maradona y la Selección Argentina, permanecerán distanciados por tiempo indeterminado.
