Se terminó el sueño mundialista para la Selección Argentina, con otro mundial en el que no se pudo ver al mismo Lionel Messi que brilla en el Barcelona FC, y con un final aplastante e inesperado.
La Selección de Alemania logró desplegar su mejor fútbol ante una Selección Argentina carente de ideas, que dejó pasar el partido sin realizar modificaciones de juego y con Diego Maradona que tardó demasiado en aplicar los cambios.
El ingreso de Javier Pastore buscó generar el juego que ya se había perdido, ante la aplastante verticalidad de Miroslav Klose y la potencia imparable de Bastian Schweinsteiger, algo que pudo haber sido peor si no fuera por el bajo rendimiento de Mesut Özil, la revelación del Werder Bremen.
Con el partido ya con dos goles a favor del equipo teutón, comenzaron a notarse demasiado las individualidades por parte del conjunto albiceleste, carente total de ideas e incapaz de generar el juego colectivo que desarrollaba su aplastante rival.
A todo o nada, los últimos dos goles llegaron solo para poner un sello a un partido que ya había finalizado mucho antes, dejando a Argentina sin sueño mundialista y a Lionel Messi con una deuda pendiente que quizá pueda saldarse en Brasil 2014.
