Será difícil ver comenzar la temporada con un Míchel Salgado fuera del Real Madrid, club al que llegó hace ya diez temporadas y con quien no comenzará la úndecima. Míchel Salgado ha sido un ejemplo de saber estar dentro del campo.
Mucha gente ahora le ve como un jugador cansado, viejo, que se «arrastra» por el campo, pero lo cierto es que Míchel Salgado ha tenido mucha garra en el juego y ha ofrecido tardes grandes, aunque en los últimos años el cuerpo le ha pasado factura y ya no es el que era, a sus 33 años. Sin embargo, creo que todavía era un buen recambio en la línea defensiva. Para jugar todo un partido, carecía de cualidades a estas alturas, pero bien podría servir para ser suplente. En fin, a Florentino Pérez no se le conoce sólo por sus fichajes multimillonarios, si no por sus «finales de ciclo» obligados (veáse Fernando Hierro o Vicente del Bosque, que había ganado demasiado).
Seguramente Míchel Salgado tenga una justa despedida en el Santiago Bernabéu en el torneo del mismo nombre dentro de poco tiempo, y se lo merece después de haber sido protagonista en el extenso palmarés que ha conseguido con la elástica blanca: 2 Champions League, 4 Ligas, 1 Copa Intercontinental, 1 Supercopa de Europa, 3 Supercopas de España, y, además, ha sido un fijo en la selección española hasta hace poco, aunque se perdió dos grandes citas al estar lesionado.
Son 360 partidos, que se dice pronto, los que ha disputado con el Real Madrid, supliendo en el puesto a Christian Panucci cuando abandonó el club blanco. Ahora tiene que elegir o fichar por un club menor o dedicarse a vivir la vida, ya que dinero no le falta después de los grandes contratos que le ofreció el club blanco. ¿Qué elegirá?
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