El que batiera el récord del mundo en 2002, Tim Montgomery, admitió hace poco en una entrevista que lo consiguió bajo el efecto de sustancias dopantes, igual que el oro conseguido en Sidney 2000.
Actualmente está en prisión, con su carrera como atleta destrozada y la personal también, pues cumple una pena de nueve años de prisión por fraude bancario y tráfico de drogas. Batió el récord del mundo de 100 metros lisos para dejarlo en 9.78 en el año 2002, y, aunque no le dijeron que lo que le daban eran sustancias prohíbidas, Tim Montgomery lo admite: “Lo sabía. No voy a mentir. Lo sabía”.
Estuvo tomando testosterona y hormonas de crecimiento mientras entrenaba para Sidney 2000, donde ganó una medalla de oro como velocista en la prueba de relevos 4×100 metros lisos. “Tengo una medalla de oro que no conseguí por mis habilidades físicas”.
Esta confesión puede llevar al COI a retirarle sus medallas. Tim Montgomery lo siente por sus compañeros.
Su ex-compañera sentimental, Marion Jones, también tuvo problemas con la justicia, pasando por la cárcel por haber mentido a los investigadores y devolviendo las cinco medallas que consiguió en Sidney 2000. Estos casos manchan el bello deporte del atletismo (y el deporte en general), pero al menos Tim Montgomery se ha arrepentido. Aunque no creo que eso consuele a los velocistas legales que consiguieron la medalla de oro.
Imagen | Eurosport
Originally posted 2008-11-26 15:15:28.