Hasta ayer, Alfredo Di Stéfano era el máximo goleador de la historia del Real Madrid con 307 goles. Pero Raúl González Blanco marcó ayer un tanto que ayudó al Real Madrid y le sirvió para entrar una vez más en la historia del club merengue. Ya es, junto al gran Presidente de Honor, el máximo anotador de la historia blanca.
307 goles ha marcado desde que debutara el 29 de octubre del año 1994. En aquel partido ante el Zaragoza no consiguió marcar, pero una semana después, el 5 de noviembre, anotó su primer gol con la elástica blanca (en el primer equipo) ante el conjunto de sus inicios como juvenil, el Atlético de Madrid. Fue el primero de 307 goles, algunos de los cuales son auténticas joyas y han dado títulos al Real Madrid.
Sin duda, su gol más famoso puede ser aquel que marcó ante el Vasco da Gama en la final de la Copa Intercontinental de 1998, en los últimos minutos, cuando Raúl dejó sentados a dos jugadores del equipo brasileño para después batir al portero. La sangre fría de Raúl dio la vuelta al mundo y, con ella, la leyenda de un jugador que está entre los mejores de la historia.
Sin embargo, Raúl siempre ha tenido muchos detractores. Muchos críticos siempre le han reprochado no ser una estrella del fútbol ya que no es del estilo de juego "figurita" que gusta de alardear. Su espíritu es de lucha, de garra, de constancia. Sin ser delantero centro, siempre está ahí para dar el último toque al balón e introducirlo en la portería contraria.
Raúl es una leyenda viva, y aún le queda juego para marcar más goles.
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