Esta vez le tocó a Lituania probar el aroma de la lona, metafóricamente hablando. Los chicos de Aíto García Reneses ganaron por 91-66.
La selección española de baloncesto es el fiel reflejo del buen momento del deporte español. Es la cúspide de la cima y, seguramente, la máxima expresión en cuanto a deportividad se refiere. En el equipo no encontraremos eternos debates como en la selección de fútbol o egos difícilmente domesticables como Fernando Alonso en la Fórmula 1.
Los chicos de baloncesto, tal vez por haber crecido en una parte del mundo donde el fútbol es lo máximo y a lo demás sólo se le presta atención cuando se gana, son chicos simpáticos y humildes. Y lo más importante: son una piña tanto dentro como fuera del parqué.
Anoche, de nuevo, se valieron de ese equilibro que tienen entre sí todos los jugadores para derrotar a Lituania, encuadrada en el mismo grupo que Argentina en los Juegos Olímpicos.
Rudy Fernández, Felipe Reyes y Juan Carlos Navarro fueron los máximos anotadores de un equipo que combina espectáculo con efectividad, ataque con defensa desquiciante. Hoy por hoy, pocas selecciones están a la altura de la española, que puede perder un partido por falta de concentración o fallos aislados, pero no porque el jugador estrella esté desaparecido. No hay jugador estrella en la selección española. Hay un Nowitzki en Alemania o un Yao Ming en china, pero el que fuera baluarte de la selección, Pau Gasol, tiene la suerte de encontrarse entre un grupo de jugadores fuera de serie. Ya vimos en el Mundial 2006 la solvencia con la que eliminaban a sus rivales y, hoy por hoy, sólo EEUU, si dejan de un lado su ego y su individualismo, y Argentina, sobre todo Argentina, podrían acabar con el sueño olímpico de la selección.
Y tranquilos, que la selección tiene el futuro asegurado con joyas como Ricky Rubio o Víctor Claver.
Originally posted 2008-07-25 18:02:03.