La crisis del Real Madrid parece que ha pasado a un segundo plano y ahora el que la sufre es su vecino y eterno enemigo (con permiso del F.C. Barcelona, intratable): el Atlético de Madrid.
Y dentro de nada, menos de un mes, vuelve la Champions League, donde el Atlético recibirá al Oporto, ganador hace un par de temporadas. Y todo con una mala racha de resultados que pone en jaque la continuidad de Javier Aguirre, técnico rojiblanco. Porque en el fútbol ya se sabe que los éxitos son de los jugadores y los fracasos, de los entrenadores.
Ni la directiva ni la afición están con el técnico mexicano, aunque aún no le han encontrado un posible sustituto (se habla hipotéticamente hasta de Milinko Pantic, leyenda rojiblanca de los últimos años dorados del equipo, cuando el doblete y demás). Lo que está claro es que tras tres derrotas (dos de ellas en casa) y dos empates, el futuro de Javier Aguirre está lejos del Atlético de Madrid, que esperemos pueda solventar sus problemas antes de recibir al Oporto, el día 24 de febrero.
Sin embargo, el técnico ha dicho que no se plantea la dimisión (y bien que hace) y dijo en rueda de prensa que el presidente Enrique Cerezo no le había comunicado nada de una posible destitución, por lo que todo parece estar en el aire.
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