El técnico alemán del Real Madrid, Bernd Schuster, dijo ayer que "no es posible ganar" al FC Barcelona en el Camp Nou. Eso es un entrenador con ánimo.
Generalmente, esos comentarios están reservados a entrenadores o jugadores de clubes pequeños, que van al estadio mítico de un equipo más mítico todavía y saben que con suerte les caerá una manita. Vamos, algo así como lo que debieron pensar los jugadores del Real Unión antes de llegar al Bernabéu. Y perdieron, pero ganaron la eliminatoria. Con este panorama, Bernd Schuster se resigna a ganar en Barcelona.
Y esto no es lo que necesita un Real Madrid que llega al partido del siglo de todos los años nueve puntos por detrás de su rival y líder de la Liga, y en el puesto número cinco de la Liga BBVA, a un punto de Valencia y Sevilla, que ocupan plaza de Champions, pero fuera de ella.
Es cierto que el FC Barcelona está intratable, que el Real Madrid no encuentra su sitio, que tienen plaga de lesiones (y un par de sancionados), que Bernd Schuster está más fuera que dentro (la ratificación de un entrenador es signo inequívoco de que puede no durar mucho) y que Ramón Calderón no pasa sus mejores momentos al frente de la directiva del equipo, pero al partido más importante de la Liga BBVA se tiene que ir con mentalidad ganadora. De hecho, el año pasado el Real Madrid se llevó la victoria del campo del Barça, 0-1.
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