Sí, fue un milagro. Cuando nadie lo esperaba y la parcialidad millonaria pedía a gritos la renuncia del técnico Daniel Passarella, River Plate dio vuelta en los últimos quince minutos un partido que iba perdiendo por 2 a 1 y consiguió pasar de ronda al ganarle 4 a 2 al Botafogo por la Copa Sudamericana.
El partido de ida tuvo como vencedor a Botafogo por 1 a 0. Por eso cuando el equipo de Brasil hizo el segundo y River se que quedó con 9 por las expulsiones de Lussenhoff y Ahumada, algunos hinchas comenzaron a irse del estadio Monumental. Los que se quedaron, arremetieron contra Passarella.
Pero pronto vino el empate por intermedio de Falcao y la cosa tuvo otro color: River necesitaba dos goles más para clasificarse. Minutos después, el juvenil Andrés Ríos hizo el tercero y ahí muchos empezaron a pensar en la hazaña.
Botafogo no supo defenderse y en el minuto uno de descuento, a los 46, un cabezazo impresionante de Falcao -la gran figura- puso el cuarto y el pase a la otra ronda, en medio de los gritos eufóricos de los hinchas, que ya no cantaban contra Passarella…
El futbol es resultadista y los hinchas, aun más.