Los Angeles Lakers, la segunda franquicia más laureada de la historia de la NBA (han ganado 14 años en la historia) ha conseguido finalmente llegar de nuevo a las Finales, tras vencer a Denver Nuggets por 4-2.
En estos playoffs los Lakers han mostrado dos caras: la de un equipo que se cansa de jugar y la un equipo inalcanzable. Afortunadamente, la mayoría de los días muestran la cara del equipo inalcanzable, y eso hicieron en el último partido ante los de Colorado para vencerles, en Denver, por 119-92. Como siempre, el equipo estuvo liderado por Kobe Bryant y Pau Gasol. El primero anotó 35 puntos y dio 10 asistencias mientras que Pau Gasol logró su noveno doble-doble consecutivo.
Los Lakers llegan a las Finales por trigésima vez, así que resulta que han perdido más finales que las que han ganado. Es el equipo de la NBA que más Finales ha disputado. El año pasado cayeron ante Boston Celtics por 4-2, y este año es muy probable que se enfrenten a Orlando Magic (podemos saberlo esta noche, si los de Florida ganan en casa a los Cavaliers de LeBron James). El conjunto de Orlando es muy poderoso, a mi juicio mucho más que Cleveland que si anulas a LeBron James tienes altas posibilidades de vencer. El problema de Orlando es que es un conjunto muy equilibrado, y por fin se está haciendo justicia a un gran jugador como Hedo Turkoglu.
El entrenador de los Denver Nuggets, George Karl, ha declarado que los Lakers es el mejor conjunto que hay ahora mismo y que será difícil ganarles. Y lo dice alguien que sabe de baloncesto, alguien que ha conseguido estabilizar a un equipo que, como he escuchado por ahí, tiene más pinta de quedar para un botellón que de jugar a baloncesto. Y todo, gracias, sobre todo, a un base llamado Chauncey Billups.
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