Se acabaron los Juegos Olímpicos y con ellos el torneo de baloncesto, que acabó con la victoria de Estados Unidos sobre España por 118-107.
Puede parecer tópico y tal vez lo sea, pero no me equivoco mucho al afirmar que el partido que nos ha despertado esta mañana ha sido de los más grandes de la historia del baloncesto… y no me equivoco nada al decir que ha sido el más grande de la historia del baloncesto español.
España llegaba al partido con los 37 puntos de diferencia que encajó en la fase de grupos en mente, pero no se dejó aminalar por unos americanos que veían el oro como si fuera suyo antes de empezar el partido. Y la cosa no les fue, para nada, tan fácil. De hecho, España dominó (todo lo que se puede dominar un partido ante este rival) el primer cuarto, que sólo contó con ventaja yanqui al final. La anotación, de escándalo, se iban a los 120 puntos cada uno al final del partido.
José Calderón sufría desde el banquillo por no poder jugar, pero si le perdimos a él, ganamos a otro hombre muy importante: Juan Carlos Navarro. No estuvo fino a lo largo de todo el torneo, pero en la final volvió a ser él. Anotaba y quería el balón más que nada en el mundo. Esa es la diferencia entre los grandes. De hecho, ante los problemas de faltas de Raúl López y un pequeño percance en un dedo de Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro tuvo que hacer de base. Todo eso apoyado por el gran Rudy Fernández, que tiene un desparpajo casi tan grande como el niño de oro. En la mente de todos quedará el mate en la cara a Dwight Howard, avisándole de lo que le espera el año que viene en la NBA.
Pau Gasol se convirtió máximo anotador del torneo, un triunfo menor que se pudo haber coronado con el título olímpico. ¿Soñar? Para nada. Porque a falta de unos ocho minutos para el fin del partido, España, que llegó a perder de 15 puntos, se puso dos abajo. Dos puntos. Todo un país madrugando para ver como estos jugadores lograban el más difícil todavía. Sin embargo, otra buena racha de los americanos volvió a devolvernos a la realidad. Eso y la quinta falta de Rudy Fernández, que fue un mazazo… del que volvimos a recuperarnos, porque a tan sólo dos minutos para el final del encuentro el marcador nos dejó sólo 4 puntos abajo.
Todo el estadio estaba con España y muchos silbidos se escucharon hacia los americanos. ¿Hacia los americanos? Tal vez mejor decir hacia el trío arbitral, que se comía los pasos una y otra vez y consideraba faltas cosas contrarias a ambos lados de la pista. Lo de los pasos de EEUU es de juzgado de guardia, pero los árbitros miraban al banquillo español con cara de: “no podemos hacer nada”. Es muy triste tener que hablar de los árbitros en un partido como éste, pero el final, cuando el partido ya estaba resuelto para los americanos, fue de risa. Falta técnica al banquillo español por reclamar unos clamorosos pasos y después falta técnica a Ricky Rubio por reclamar la falta técnica.
España perdió pero el dejó el listón muy alto, y se puede ir con el consuelo de ser la única selección, junto con Argentina (que finalmente fue bronce) que puso contra las cuerdas a EEUU.
Por cierto, buenísimo la crítica de Juan Carlos Navarro al trío arbitral cuando quedaban apenas tres segundos para que finalizara el encuentro. Cogió el balón e hizo pasos. Los colegiados no pudieron sancionarle. Ya fueron campeones del mundo. Hoy han sido campeones de la entrega y la lucha.
Originally posted 2008-08-25 02:34:28.