Sin lugar a dudas que la garra charrúa ha sido una verdadera revelación de Sudáfrica 2010, pero este equipo ha tenido un eje, que cuando se encendía cambiaba el nivel de juego, se generaban más chances de gol, y hasta se daba el lujo de rematar al arco y marcar goles brillantes.
Hace unos meses parecía que Diego Forlán había alcanzado una cima, al haber ganado la Europa League con el Atlético de Madrid, pero no fue tope suficiente para él, quien tenía en el camino al Mundial de Sudáfrica 2010.
Tal como habíamos anticipado mucho antes del mundial, Forlán fue elegido por Adidas y FIFA como el mejor jugador, el Balón de Oro, con una votación muy superior a los otros 9 nominados.
Ha marcado en este mundial cinco goles, ha sido una pieza clave en Uruguay, ha funcionado a la perfección para abastecer a Luis Suarez de chances claras de gol, y hasta ha sido quien colaboró en la recuperación del balón cuando fue necesario.
Por todo esto y mucho más, Diego Forlán logró demostrar que sin necesidad de alcanzar el podio con su equipo, fue lo suficientemente determinante como para ser considerado el mejor jugador del Mundial 2010, algo que quedará por la eternidad en su historia y en la de la Selección de Uruguay, la garra charrúa que estuvo más vigente que nunca.