La gracia de la NBA no radica en el espectáculo del AllStar (cada vez más penoso, a mí parecer, ya que parece un circo donde nadie se esfuerza), ni en los playoffs. La gracia de la NBA radica en los escándalos.
Y el último es el protagonizado por Derek Fisher, que ya se ha cansado de una mujer que viene acosándole desde hace muchos años, alegando que es su mujer, cosa que él no lo sabe (y de esas cosas se suele acordar uno, creo, aunque hablo desde la inexperiencia). La mujer, llamada Symone Fisher (no sabemos su nombre de "soltera"), ya fue denunciada por el base de Los Angeles Lakers hace unos cuantos años, aunque luego el propio base se ausentó de los juicios y quedó libre.
Pero la cosa ha ido hasta el punto de ir a verle entrenar, merodear por su barrio, mandarle CDs románticos y cartas donde le ofrecía sexo e hijos. El base, harto y seguramente ya con problemas psicológicos de por medio (los mismos que se ha demostrado que tiene esta mujer) la ha denunciado.
Y es que la NBA es un no parar de casos extraños. Hace un par de años, el base estrella de Dallas Mavericks, ahora en el final de su carrera, Jason Kidd era acosado y maltratado psicológicamente por su mujer cuando aún era mujer, yendo a verle a los entrenamientos y a los partidos para hacerle gestos al marido tipo "te voy a rajar la garganta". Esto es lo que pasa cuando no se cuida un matrimonio y uno de los dos está un poco desequilibrado.
Imagen | ESPN
Originally posted 2009-04-30 15:32:39.