De carácter amistoso, pero no por ello menos importante, el Trofeo Joan Gamper es uno de los eventos que para esta época del año prepara el FC Barcelona, el equipo que todos quisiéramos comandar y que a la ida de un jugador, lo reemplaza con uno de mayor prestigio y renombre aún.
En esta ocasión, la Copa fue disputada entre el conjunto blaugrana (quien homenajeó a los Campeones en Sudáfrica y exhibió su trofeo de Liga BBVA) y el Milán, que cuenta entre sus filas a un jugador muy querido por los aficionados del culé, y que pese a no estar teniendo un gran nivel futbolístico como lo ha hecho cuando representaba al club, es un gran futbolista.
Es así que inmerso en aplausos y galardones, Ronaldinho fue uno de los grandes protagonistas del evento, con su infinito repertorio de regates (y haciendo reír al público cuando “invadió” la foto grupal del Barcelona) se , intentando contribuir a superar la valla defendida por José Manuel Pinto.
Pero el portero tuvo una excelente jornada, impidiendo que la experiencia de Seedorf y la potencia de Inzaghi generen grandes problemas para la valla blaugrana, solamente batida por un certero remate de Inzaghi que derivó en el empate definitivo (el gol de la victoria parcial había sido anotado por David Villa, a los 46 minutos de juego)
En la tanda de penaltis volvió a lucirse Pinto, responsable de que el trofeo Joan Gamper se quede en casa, al detener tres penales, finalizando la tanda con una victoria de 3 contra 1 para el Barça.